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El nombre | Cuentos imaginativos y nihilistas utiles para pensar
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Cuentos cortos imaginativos y nihilistas

El nombre

ElNombre

No sé porque extraño funcionamiento de mi cerebro siempre he tenido la tendencia a llamar a mi pareja actual con el nombre de la anterior. Así a la actual, Pili, a veces le llamo Marta, aunque la verdad que, gracias al autocontrol que consigues con la edad, me pasa pocas veces. A Marta le llamaba Rosi y eso ya pasaba bastantes veces, en el fondo creo que fue uno de los cientos de motivos por los que me dejó, aunque el mas importante, según ella, es que me olía en sobaco. Curiosamente a Marta no la llamé nunca Tana y no entiendo porqué, puesto que Tana fue una relación breve pero de la que guardo un recuerdo maravilloso. A Rosa le llamaba Leo, nunca Anón que era el mote familiar de Leo, y eso en unos recién casados no era una buena forma de empezar. Creo que Rosa no me lo perdonó nunca y menos, treinta años después cuando la dejé para vivir con Leo hasta su muerte.

Al ver que tenía este tipo de problemas llegue a la conclusión que tenía dos soluciones: o usaba el método Post-it, es decir ponerle una pegatina a mi pareja en la frente con su nombre, o la llamaba con genéricos: amor, cielo cariño. Pensando que lo del Post-it podía ser útil en la intimidad del hogar, siempre y cuando ella decidiese colaborar (cosa que dudaba) pero en absoluto lo sería yendo al cine, cenando en un restaurante o paseando por la rambla del Pueblo Nuevo. Por lo tanto decidí por los genéricos. Pero eso tampoco es fácil, pues requiere concentración y estar atento, no solo de lo que dices sino que también, de como nombras a las personas y de vez en cuando se escapaba lo de Marta, Rosa o Leo (pero nunca curiosamente Tana o Fina, que era su nombre real).

Dentro de este marasmo de nombres propios actuales, nombres propios anteriores y apelativos cariñosos (aunque mas que cariñosos posamos decir que preventivos) la cosa fue tirando, bien que mal, hasta que el otro día a Pili, en uno de esos lapsos que aún tengo ocasionalmente le llame no Pili, ni cariño, ni cielo, ni amor, ni mi vida sino que le llame Laia. Yo creo que nos quedamos sorprendidos por un igual los dos, dado que ella, de alguna manera, ya estaba acostumbrada a que la llamase Marta, y yo, porque no sabía de donde había salido la palabra Laia. Conociendo a Pili sé que su primer pensamiento sería “esa Laia es nueva ¿quien ha de ser?”, pensamiento que confirme cuando me dijo

— ¿Quién es Laia?

Y yo le contesté con toda la franqueza del mundo, sabiendo que seguramente no me creería:

— No tengo la menor idea.

Ahí acabó la cosa por el momento, y digo por el momento porque volví a llamarla en mas de una ocasión Laia a lo que se acostumbró, igual que se había acostumbrado anteriormente a que la llamase Marta (por cierto nunca mas volví a llamarla Marta), y digo que acabó ahí la cosa hablando en términos de pareja dado que yo sentía una gran curiosidad, realmente una gran inquietud, con este tema.

Meses después estaba yo ordenando cajas de papeles (es una tarea recurrente en mi vida: por ejemplo dato los documentos y los ordeno según la fecha), y entiendo como papeles: cartas, postales, fotografías, apuntes de ingeniero, sellos, etc. Cuando encontré junto a las cartas de Rosa, de Stella, de Leo, de mi cuñado el Costa y de otros mas, unas cuantas, demasiadas cuantas diría yo, que eran totalmente desconocidas para mí. En un principio pensé que serían cartas que había recibido Rosa de soltera (hacía unos pocos años que había destruido unas cuantas de un novio que tuvo antes de conocerme, novio del que decía, en momentos de discusión conmigo, “Isaac si que me quería y me trataba de maravilla”, lo que seguramente sería cierto). Con estos pensamientos busqué el remitente en los sobres y ponía Laia Sandemetrio. Miré la fecha del matasellos de una cogida al azar y era de mil novecientos setenta, del veinticuatro de septiembre del setenta, época en la que aún salía con Leo.Abrí la carta y empecé a leerla:

"Hola Tore:
Acabo de recibir tu carta, que al esperaba como el pan de cada día.
¿Cómo estás? ¿Ya sabes la nota de cálculo? Yo aún no sé la de revalida ¡Menos mal que yo no soy la única en ponerme nerviosa delante de un examen!¿Viva por Pilar!¿Cómo le fue?
Gracias por enviarme el carnet, así te podré mirar sin que me pongas nerviosa, aunque casi lo prefiero de la otra forma. Bueno, sin el casi. Te prometo enviarlo cuando lo necesites
Mi vida por aquí es bastante aburrida ya que aún no ha venido mi hermano. Lo esperamos un día de estos.
Mis amigas no están, solo hay 2 niñas de la casa de al lado de 11 y 5 años. Son muy pequeñas para divertirme.
Lo que hago aquí es lo siguiente: me levanto a eso de las 11, aunque por lo general me despierto a las 10. Estoy una hora despierta pensando cosas y a veces contigo (la mayoría de las veces)
Me levanto y me visto. Si he de ir a comprar algo que le falte a mi madre y sino me pongo el traje de baño. Almuerzo y me voy al agua.
Nado bastante, y mañana quiero salir de la cala a alta mar. Espero no cansarme.
Luego a la 1 o 2 horas subo para comer. Pongo la mesa y comemos mi madre y yo.
Por la tarde o bien me voy con la bicicleta a dar una vuelta o a la playa.
Por lo general me voy a unas rocas que hay detrás de casa. Allí, veo la gente como sacan la lengua ya que no puede mas de nadar. Queriendo salir de la cala se cansan ¡Me divierto un poco viéndolos sudar!
Cuando ya son las 7 me voy a casa donde mi madre me pregunta por donde me he metido durante toda la tarde. Luego me voy al puerto ¿te gusta?
Aun no he podido ligar con ninguna sueca. No sé porque será pero me miran con mala cara. Mala suerte por ti…
Me has dado una alegría al saber que te ibas el 12. Por lo menos aún te podré ver cuando vaya a Barcelona. Tengo unas ganas terribles. Llevo aquí 5 días y me parecen siglos ¡ojalá sea ya el día 3!
Con que solo has soñado 2 veces ¿Eh? Que cara. Yo no me he olvidado ninguna noche."

Conforme iba leyendo un gran nerviosismo se iba apoderando de mí. No era posible lo que estaba pasando. Tembloroso seguí leyendo, convencido de que ya conocía de antemano su contenido.

"Hoy ha venido un matrimonio Holandés muy divertido. El marido era sordomudo pero hablaba como una cotorra. Nos ha ganado a todos. La mujer era simpática pero mas seria.
Nos ha dicho en “Holandés”, si es que aquello era Holandés, que era de Java pero que se había ido a Holanda desde hacía mucho tiempo. Todo esto el marido. Aún no sé como lo hemos entendido. Han sacado película y se han ido.
Luego han venido 2 suecos muy serios que sin pedir permiso a nadie, han sacado fotografías como Pedro por su casa. Lo malo de esta casa es que tienes visitas inesperadas. Y como no entienden la palabra “largo”, les has de aguantar.
¡Una mala noticia! En el hotel de al lado ya no habrá mas juerga, por mi parte, claro. Lo han arreglado de forma que por donde yo veía ya no hay ni sillas, ni mesas ni nada. Todo lo han puesto en la parte de adelante. Además ya no hay ambiente. Todo es distinto. Me parece que la gente solo va a comer y cenar. Lastima.
Los domingos hago lo mismo que en los otros días. Espero que cuando llegue mi hermano nos iremos en moto. Le aprobaron a la 2ª vez.
Es estupenda la idea de ir de 7 a 10 a Barcelona. Creo que me la pensaré. Pero a lo mejor se nota un poco. No sé…
Yo tengo muchas ganas de que vengas a casa. Así podremos salir juntos sin temor a nadie. Y cuando te vayas a casa me podrás dar un beso tranquilamente. De verdad, Tore, tengo muchas ganas de todo eso y de mucho mas.
Tore, te ocurre lo mismo que a mi a las 12. Me pongo triste. Pero me ocurre cuando estoy sola, si estoy acompañada no.
Tore, te prometo que haré todo lo ,posible para que no estés solo cuando te mueras. Ya lo verás.
Te envío 2 postales. No sé si te las he enviado en otra ocasión. Pero no hacen nuevas y la mayoría son muy feas.
En la primera se ve donde estoy yo. Con una flecha te la señalo. Con la otra flecha te señalo por donde bajo a la playa. Con la de mas abajo te señalo donde antes había las rocas que tanto me gustaban, pero que ahora…
Con la flecha * señalo el hotel Bellver. El que tiene forma de castillo.
Y en la 2ª foto se ve Porto Cristo y esta hecha desde la otra parte de la casa. De la parte de los Abellanet, en sus buenos tiempos. Donde se hacían fiestas cada 2 por cuatro. Bueno Tore escríbeme muy pronto.
Te quiere mucho Laia"

Todavía tembloroso busqué en el montón ordenado de cartas de Leo hasta encontrar una de fecha veinticuatro de septiembre del setenta. La abrí y la empecé a leer:

"Hola Tore:
Acabo de recibir tu carta, que al esperaba como el pan de cada día.
¿Cómo estás? ¿Ya sabes la nota de cálculo? Yo aún no sé la de revalida ¡Menos mal que yo no soy la única en ponerme nerviosa delante de un examen!¿Viva por Pilar!¿Cómo le fue?
…"

Cogí otra carta al azar entre las que supuestamente eran de Laia. La elegida era del dieciocho de junio de mil novecientas setenta y cuatro.

"Querido Salvador: ¿cómo estás? Supongo que mal y sin llegar a comprender nada.
Te escribo esta carta para ver si con ella llego a salir un poco del cascarón. Me resulta difícil escribírtela porque no sé como empezar ni como darte una explicación a todo lo que está ocurriendo. Una explicación que, por otra parte, desconozco.
Desde hace dos días no puedo dormir, me resulta imposible reconciliar el sueño, pensando en mi estado, en mi cambio casi imperceptible por mi.
Si, es cierto. Desde la llegada de José de Argelia algo ha pasado en mí, que me ha hecho cambiar totalmente ¿El qué?
Desde entonces, sin ton si son me pongo a llorar sin ningún motivo aparente. Solo siento que me hundo profundamente, y que como una pesadilla, todo es extraño, absurdo y lloro como una niña pequeña por sentirme sola en esa pesadilla en la que por todas partes hay enemigos que me acechan y que intentan echarme a un gran hoyo. Supongo que deben ser bajones de la edad, o de lo que sea.
Dejé a José por ti, sin darle casi ninguna posibilidad. Te quería y no podía soportar mas esa situación ya casi insostenible tanto para ti como para mi.
Le dejo y lo único que hago es caer en una gran apatía ¿acaso es José? No. Aunque resulte extraño, apenas me acuerdo y cuando lo hago no es agradable ¿Entonces? No lo sé.
Salí contigo y lo único que me importaba es poder dormir y ver el mar. De repente, me acaríciate el cabello y giraste el volante a la izquierda. Mi corazón dio un vuelco. Vi como de repente todas mis teorías se caían por el suelo. Un sentimiento de autodestrucción, me movió a mentirte, a mostrarme fría, a ser como una piedra. Te acaricie la pierna. No podía soportar verte llorar por algo que había hecho yo, un algo que, por otra parte, se derrumbaba cada vez que había un sentimiento. Me odie por no poder decirte nada, por ganarme ese sentimiento de autodestrucción y matar así todo sentimiento sincero. Me odie profundamente, y creo de verdad que no vale la pena que te preocupes por mi, ni que me quieras. Ya sabes, no sirvo para nada, frase idiota, pero también frase que puede expresar lo que siento en estos momentos.
Creo que nunca sabrás perdonarme, ni te lo pido.
Tore, espero que todo pasará. En estos momentos siento una gran anemia en mi cerebro. Creo sinceramente que estoy cansada. Después de un gran esfuerzo mental, luego viene el sueño y las pocas gana de hacer nada, hasta que vuelves a recobrar nuevas fuerzas.
Pero no me esperes. Ahora solo reina en mi la autodestrucción. No esquema no crea en el amor. No quiero creer en nada porque siento su absurdo, salvo en momentos en que todo se va a rodar.Pero estos momentos son demasiado pequeños para poder vencer.
Por favor, perdóname. Por mucho que te dijera en el coche, aún te quiero. Lo único que quiero ahora es extraer de mi todo lo que me une al mundo .
Si quieres me das la dirección del cuartel. Te enviaré cigarrillos y hojas de afeitar ¿OK? Laia"

No me hizo falta buscar entre las cartas de Leo. La recordaba como si la hubiese recibido ahora mismo y ya hacía mas de cuarenta años de aquello.

Busqué su nombre en Internet igual que había buscado hacía diez años el Leo. Igual que entonces fue fácil encontrarla en Facebook. Igual que en aquel entonces le envié un mensaje. igual que entonces el mensaje era "¿Anón?" Igual que entonces me contestó diciendo simplemente "¡Tore!"

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